Después de volver a vivir alguna de esas cosas feas de la vida. Después de asumir, seguimos. Creciendo. Solo escupiendo las penas, hojas y hojas y hojas de buena m….! Otra vez.

Decepcionada, cuándo nosotros siempre estamos bien.

Y sin más, porque sí, decidimos ir a ese lugar que todo es más fácil, me he cruzado con un montón de ellos y no ha valido para nada. Y tú estás ahí entre todos jugando a ver si descubres algo nuevo.

Sin querer medias naranjas. No sé si es solo una vez en la vida. Un corazón que va, y te vuelve. Con un buchito de esperanza.

Un montón de detalles de la nada. Y la vida sonriendo, creo que es por que el sol sale y se recarga como nosotros.

He contado los minutos para verte desde la primera vez que te fuiste. Sin ni siquiera pensar que sería una opción quedarnos.

No me importa el tiempo, ni lo de antes y apenas lo de ahora, me he aislado en tres días que quiero que sean eternos y se me ha olvidado el resto del mundo.

Pero es un aislamiento raro, como si llevara toda la vida preparándome para esto. Esperando el momento con las botas ya puestas, bien atadas y la mochila puesta, armada hasta las trancas, sin miedo de morir en el intento. Igualito.

Sorprendentemente no te parece raro.

No sé si las pupilas se me dilatan cuándo me miras, porque no me veo, pero sí sé que el corazón se me acelera si me cuentas tu vida, un café, un zumo de frutos rojos, el sol en la cara y una emoción que no se compara con lo que normalmente es la vida.

Me ha cogido la mano con toda la delicadeza del mundo y me la ha dado la vuelta, para que vea ese tatuaje en mi brazo que pone “calma” y no solo me he calmado, me ha conquistado (y follado) el corazón y la cabeza, con toda esa ternura. Con esos ojos que me hablan y una sonrisa que daba por perdida.

Y ahora en vez de decepciones, podemos llamarlo “casa” y volver a ser “huevito”, sabiendo que queremos cuidarlo y no hacernos daño. Aunque os parezca raro, no tenéis que entenderlo vosotros.

Es suerte, en este mundo de gente común encontrar algo extraordinario. De eso de sin juzgar y de eso de ser libre contigo.

Un saber ser de los de verdad.

Gracias, gracias, gracias.