Me duele ver corazones de hielo, de esos que eran dulces y que ahora son fríos, que no confían. Que mueren de amor y no por querer sino por no arriesgarse, por el miedo que han pasado, por el daño que hemos hecho. Y es jodido, esa esencia ya no vuelve. Y no se lo merecen, no te lo mereces.
Y si quieres quererlos, cuesta. Es extraño no? Con esas sonrisas preciosas que te engañan haciéndote asumir que están bien. 
Y no te preocupas y no los cuidas, por que no lo necesitan y en verdad sí, como el que dice «eso no es arte» y sí lo es por que aún que no todos lo vean siempre lo hay. Pues igual.


Ahora soltemos el peso y las cadenas que amordazan las palabras, vive con ese sentimiento tuyo y ligero de equipaje, nunca sabes en que momento te va a tocar salvarte.
Sobre todo recuerda que es ese esfuerzo en esa lucha interna constante por decidir que lobo alimentas.
Todos hemos vivido momentos que la memoria borra por defecto o pasa de recordar, para no perturbar el instinto ni potenciar ser malos. Y hoy te digo y te recuerdo que eres tú quien te protege y quien te cuida y sobre todo te recuerdo que cada quien está donde quiere estar, nadie va a ayudarte cuando en eso le vaya la vida.
Excepto, esos de ley, del corazón por la calle, del verso o la vida, la calma o la poesía, por que nosotros queremos diferente y eso nos hace ricos sin un puto billete.


Ojalá te encuentre. Y jamás nos juzguemos, ni dejemos de intentarlo.
Y cantaremos todas las canciones que aún no hemos escrito, todas las que aún no hemos escuchado, gritaremos en todas las montañas que pisemos, seguiremos llorando de emociones bonitas y no controlaremos jamás los sentimientos. Por que es nuestra manera de honrarnos a nosotros mismos.
Sin saber si nos costará la vida.


No nos importa, cuidaremos nuestros pasos regando los minutos en el tiempo, el amor son diferencias y la aceptación de los defectos, mas te cuido que «te quiero», más caricias, más besos, más polvos, más tiempo, sobre todo más tiempo. Aunque tu sonrisa se apague en algunos momentos, no dudes que la vida sin decir nada te aclarará el ansia, las dudas y el miedo.


Contextualizo estas palabras en el dolor de la mentira y el dolor de la verdad, el valor que le das al «te prometo que no cumples» dice mucho del valor de tu palabra.
Resiste a pesar de que sigan marchitando nuestras almas, no pienses que les importa, hay gente mala, aunque nos cueste entenderlo, no todo son circunstancias.
Somos fuerza, lucha y lealtad. Con los corazones más grandes que he conocido, me enseñaron dos cosas para diferenciarlos, me dijeron, te juzgarán Eva «antes de conocerte ya te habrán traicionado». Consejos sin tiempo de corazones que ya no existen pero siguen estando en los nuestros.
Y si lees esto y no entiendes nada, no importa, solo te enseño parte de lo que somos.


Nos ayudaron al alejarse. Pediría que no queden demasiados que dejen tan bajo el valor del amor.
Pero estamos aprendiendo, ahora olemos la traición al mismo nivel que vosotros oléis el dinero y os lanzáis como perros. 

Y ya está, bastante chapa guapa! Si te he aburrido, ya lo siento.